viernes, 6 de junio de 2014

10 películas que todo docente o estudiante de educación debe ver

http://es.docsity.com/noticias/vida-del-estudiante/10-peliculas-todo-educador-estudiante-de-educacion-tiene-ver/

"Don Quijote de barba y gabán", Alma y vida, 1972


Pionero del jazz-rock, este grupo nació como acompañamiento del cantante Leonardo Favio, de quien se abrieron en 1970. Ésta fue una agrupación fundada por músicos enamorados del jazz que se habían volcado paulatinamente al rock y a la llamada música beat de principios de los '70 sin olvidar sus raíces. En 1976, Alma y Vida grabó su quinto y último LP y a poco de editado, la agrupación se desmembró. Alberto Hualde (batería), Bernardo Baraj (saxo), Carlos Mellino (teclado y voz), Carlos Villalba (bajo), Juan Barrueco (guitarra), Mario Salvador (trompeta), Gustavo Moretto (ingresó en reemplazo de Mario Salvador). 

Fuente: rock.com.ar

Letra de la canción 

Por un prado, cabalgaba
Don Quijote de barba y gabán.
Y a las cabras entonando
sus canciones de amor y paz.
Su caballo Rocinante
no tenía rienda ni bozal.
Y su amigo Sancho Panza,
proclamaba la guerra parar.
Bajo el aspa de un molino,
Don Quijote se puso a cantar
Y el fusil quebró de un tiro
la guitarra que solía tocar.
La guitarra se hizo río,
y las aguas se hicieron cristal.
El fusil murió de frío
y Don Quijote volvió a cabalgar.

Por un prado, cabalgaba...
Y proclamaba la guerra parar...https://www.youtube.com/watch?v=AgIcc1tblII

domingo, 18 de mayo de 2014

"Nada del otro mundo y otros cuentos", de Roberto Fontanarrosa


http://bibliotecajuc.com.ar/wp-content/uploads/2013/09/Roberto-Fontanarrosa-Nada-del-otro-mundo.pdf

Julio Cortázar dossier 2 (compilación de cuentos)


http://kronhela.com.ar/jc/JulioCortazar-Dossier2.pdf

El minicuento en la narrativa de Macedonio Fernández


http://cvc.cervantes.es/lengua/thesaurus/pdf/53/TH_53_003_153_0.pdf

"Papeles de recienvenido", de Macedonio Fernández


http://www.revistalamasmedula.com.ar/pdf/PAPELES%20DE%20RECIENVENIDOS%20de%20Macedonio%20Fern%E1ndez%20(Argentina).pdf

"El zapallo que se hizo cosmos", de Macedonio Fernández


http://www.taringa.net/posts/arte/819726/El-zapallo-que-se-hizo-cosmos---Macedonio-Fernandez.html

"No se culpe a nadie", de Julio Cortázar


http://www.literatura.us/cortazar/nadie.html

"La noche boca arriba", de Julio Cortázar

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cortazar/la_noche_boca_arriba.htm

"La señorita Cora", de Julio Cortázar

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cortazar/la_senorita_cora.htm

Definiciones de la literatura


http://lenli.files.wordpress.com/2013/05/lenli-wordpress-com-definiciones_denbspliteratura.pdf

"La invención de Morel" en relación con la serie Lost


http://lenli.wordpress.com/2010/09/12/la-invencion-de-morel/

"La refalosa", de Hilario Ascasubi


http://lenli.wordpress.com/2013/05/21/la-refalosa-ascasubi/

Trabajo práctico sobre "El matadero", de Esteban Echeverría


http://lenli.files.wordpress.com/2013/06/menendez_tp_el-matadero.pdf

"Marionetas S.A." de Ray Bradbury


http://lenli.files.wordpress.com/2013/08/bradbury-marionetas-sa.pdf

"La definición del arte", de Umberto Eco


http://ebiblioteca.org/?/ver/71240

"Estética de la creación verbal", de Mijail Bajtín


http://circulosemiotico.files.wordpress.com/2012/10/estetica-de-la-creacic3b3n-verbal.pdf

Vínculos entre la literatura y la historia


http://teorialiteraria2009.files.wordpress.com/2009/10/sarlo-literatura-e-historia.pdf

"¿Qué es la literatura?", de Jean Paul Sartre


http://es.scribd.com/doc/6982861/060131-Sartre-Que-Es-La-Literatura

"Literatura / Sociedad", de Beatriz Sarlo y Carlos Altamirano

http://es.scribd.com/doc/90449284/Altamirano-Carlos-y-Beatriz-Sarlo-Literatura-Sociedad

"Como una novela", de Daniel Pennac

http://media.wix.com/ugd/ed4e0e_5c2e17ce12f1f47715410c4b1b1589ad.pdf?dn=ComoUnaNovela.pdf

lunes, 12 de mayo de 2014

"Antígona", de Sófocles Parte 7 (Canal de Cultura Contemporánea de las Universidades Públicas de Andalucía)


https://www.youtube.com/watch?v=U5CPL2w_vWI

"Antígona", de Sófocles Parte 6 (Canal de Cultura Contemporánea de las Universidades Públicas de Andalucía)


https://www.youtube.com/watch?v=p1UpTjQR4Mw

"Antígona", de Sófocles Parte 5 (Canal de Cultura Contemporánea de las Universidades Públicas de Andalucía)


https://www.youtube.com/watch?v=IUYAcHWEw6E

"Antígona", de Sófocles Parte 4 (Canal de Cultura Contemporánea de las Universidades Públicas de Andalucía)


https://www.youtube.com/watch?v=HpbxrNkhOVk

"Antígona", de Sófocles Parte 3 (Canal de Cultura Contemporánea de las Universidades Públicas de Andalucía)


https://www.youtube.com/watch?v=okZ54khfJjg

"Antígona", de Sófocles Parte 2 (Canal de Cultura Contemporánea de las Universidades Públicas de Andalucía)

https://www.youtube.com/watch?v=VgmZOSkZ3bU

"Antígona", de Sófocles Parte 1 (Canal de Cultura Contemporánea de las Universidades Públicas de Andalucía)

https://www.youtube.com/watch?v=z1L0Gx1YlL8

viernes, 9 de mayo de 2014

Tomo y obligo, de Carlos Gardel


https://www.youtube.com/watch?v=N4vVdOTDy9E

La bella y la bestia, de Porta


https://www.youtube.com/watch?v=jHyTFXEkNEc

Malo, de Bebe


https://www.youtube.com/watch?v=nDcZOY5_aiM

Si te agarro con otro te mato, de Cacho Castaña


https://www.youtube.com/watch?v=9BAHZvBeSxY

Ángel de amor, de Maná

https://www.youtube.com/watch?v=AV5RKD2DvgU

Cicatrices, de Rocío Quiróz

https://www.youtube.com/watch?v=hLO2bVlKpZw

"Antígona furiosa" video 3


https://www.youtube.com/watch?v=zNJwrbpfq-A

"Antígona furiosa" video 2


https://www.youtube.com/watch?v=cpdWrjcz-6k

"Antígona furiosa" video 1

https://www.youtube.com/watch?v=maAXpVd-98k

Corto de "Antígona Vélez"

https://www.youtube.com/watch?v=hwh3kyz8FrY

"El matadero", de Esteban Echeverría (historieta de Enrique Breccia)

http://cazadordetextos.blogspot.com.ar/2012/04/el-matadero-de-esteban-echeverria.html

"El matadero", de Esteban Echeverría

http://www.biblioteca.clarin.com/pbda/cuentos/matadero/matadero.htm

miércoles, 7 de mayo de 2014

Entrevista a Graciela Bialet (autora de "El jamón del sánguche")

http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2008/07/26/arte/ARTE-01.html

Página 12: "El jamón del sánguche", de Graciela Bialet

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/10-3104-2008-07-11.html

"El jamón del sánguche", de Graciela Bialet


http://revistadeletras.net/el-jamon-del-sandwich-de-graciela-bialet/

Consejo para padres, de Les Luthiers


https://www.youtube.com/watch?v=QlMdN1sylpc

Les Luthiers · Esther Píscore

https://www.youtube.com/watch?v=s5-anOoVEIU

Lo importante que es saber idiomas, Les Luthiers

https://www.youtube.com/watch?v=IVq2UnT2tL0

Una aproximación a la teoría del humor


file:///C:/Users/Rody/Downloads/Dialnet-PoderTensionYCaricaturaUnaAproximacionALaTeoriaDel-2962931%20(2).pdf

La estrategia de la ilusión, de Umberto Eco


http://moralescom.com/wp-content/uploads/2012/04/La-estrat%C3%A9gia-de-la-ilusi%C3%B3n-Eco-Umberto.pdf

La risa. Ensayo sobre el significado de la comicidad, de Henri Bergson

http://www.edicionesgodot.com.ar/sites/default/files/ediciones-godot-la-risa.pdf

martes, 15 de abril de 2014

"La oveja negra", de Augusto Monterroso


http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/monte/la_oveja_negra.htm

"El matadero", de Esteban Echeverría


http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/echeverria/el_matadero.htm

"La fiesta del Monstruo", de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares


http://www.elortiba.org/pdf/La_fiesta_del_monstruo.pdf

"Esa boca", de Mario Benedetti


http://www.literatura.us/benedetti/esaboca.html

"Los pájaros mudos", de Esteban Valentino


http://www.imaginaria.com.ar/12/9/foro_bienvenida.htm

El jamón del sándwich, de Graciela Bialet



Autora: Graciela Bialet
Código: 28001486
ISBN: 978-987-545-489-7
Cecilia es una adolescente como cualquiera, aunque con una vida particularmente complicada. 
Hija adoptiva de padres divorciados que han vuelto a formar cada uno su familia, siente que su
lugar en el mundo es el de estar siempre en medio como “jamón del sándwich”. Pasa sus 
días dividida entre casas diferentes y rodeada de hermanastros que son una verdadera
molestia, tratando de construir un espacio propio: su diario. La llegada de un intruso a su fiesta 
de cumpleaños y un mensaje anónimo son el inicio de una aventura: la de investigar sus
verdaderos orígenes y conocer a sus hermanos de sangre, dados también en adopción.
En el camino de descubrimiento, que supone recuperar su identidad, deberá enfrentar
numerosos conflictos: contener a su mejor amiga, víctima de un padre golpeador; 
sobreponerse a una traición; conocer el amor, y descubrir que tras las discusiones con sus 
padres y hermanastros se esconde una verdad inquebrantable: lo que nos une son los lazos 
del corazón.
Nacionalidad de la autora: Argentina
Páginas: 224
Valores: Amor, Convivencia
Temas: Adopción, Divorcio

Dictadura Militar Argentina video 5


https://www.youtube.com/watch?v=EALuDaTGkRg

Dictadura Militar Argentina video 4

https://www.youtube.com/watch?v=-ETWfi1heB4

Dictadura Militar Argentina video 3

https://www.youtube.com/watch?v=QZ8oS7Ir3aY

Dictadura Militar Argentina video 2

https://www.youtube.com/watch?v=xhx8C9l_vHw

Dictadura Militar Argentina video 1

https://www.youtube.com/watch?v=ND8LiuzqemA

lunes, 14 de abril de 2014

Carta abierta a la Junta Militar por Rodolfo Walsh

Walsh redactó este texto el 24 de marzo de 1977, a un año de instalada la Junta Militar. Por entonces, su hija Vicky, oficial montonera, se había suicidado junto a su pareja, cuando se encontraba acorralada tras un enfrentamiento con las fuerzas militares. Un día después de escrita la carta, mientras dejaba ejemplares de la misma en buzones de calle, fue encerrado por un grupo de tareas de la ESMA en las cercanías del cruce de las avenidas San Juan y Entre Ríos, barrio porteño de San Cristóbal. Walsh combatió y fue herido. Moriría en el campo de concentración, como asegurara al finalizar la carta, fiel al compromiso "de dar testimonio en momentos difíciles". Sus secuestradores y asesinos, entre ellos Alfredo Astiz y Jorge Acosta, fueron sentenciados a prisión perpetua por el Tribunal Oral Federal n° 5 en octubre de 2011, acusados por la privación ilegal de la libertad, tormentos, robo de bienes y homicidio.
La voz pertenece al actor argentino Alfredo Alcón.



https://www.youtube.com/watch?v=p7pU1U9sJk4

Rodolfo Walsh: Literatura y política

https://www.youtube.com/watch?v=CUn25iCT4Q4

"La pieza ausente", de Pablo De Santis

LA PIEZA AUSENTE

     Comencé a coleccionar rompecabezas cuando tenía quince años. Hoy no hay nadie en esta ciudad – dicen – más hábil que yo para armar esos juegos que exigen paciencia y obsesión.
     Cuando leí en el diario que habían asesinado a Nicolás Fabbri, adiviné que pronto sería llamado a declarar. Fabbri, era director del Museo del Rompecabezas. Tuve razón: a las doce de la noche la llamada de un policía me citó al amanecer en las puertas del Museo.
     Me recibió un detective alto, que me tendió la mano distraídamente, mientras decía su nombre en voz baja –Láinez- como si pronunciara una mala palabra. Le pregunté por la causa de la muerte:- Veneno- dijo entre dientes.
     Me llevó hasta la sala central del Museo, donde está el rompecabezas que representa el plano de la ciudad, con dibujos de edificios y monumentos. Mil veces había visto ese rompecabezas: nunca dejaba de maravillarme. Era tan complicado que parecía siempre nuevo, como si, a medida que la ciudad cambiaba, manos secretas alteraran sus innumerables fragmentos. Noté que faltaba una pieza.
    Láinez buscó en su bolsillo. Sacó un pañuelo, un cortaplumas, un dado, y al final apareció la pieza. – Aquí la tiene. Encontramos a Fabbri muerto sobre el rompecabezas. Antes de morir arrancó esta pieza. Pensamos que quiso dejarnos una señal.
    Miré la pieza. En ella se dibujaba el edificio de una biblioteca, sobre una calle angosta. Se leía, en letras diminutas, pasaje La Piedad.
    - Sabemos que Fabbri tenía enemigos – dijo Láinez – Coleccionistas resentidos, como Santandrea, varios contrabandistas de rompecabezas, hasta un ingeniero loco, constructor de juguetes, con el que se peleó una vez.
    - Troyes –dije -. Lo recuerdo bien.
    - También está Montaldo, el vicedirector del Museo, que quería ascender a toda costa.
    - ¿Relaciona a alguno de ellos con esa pieza? – Dije que no.
    - ¿Ve la B mayúscula, de Biblioteca? Detuvimos a Benveniste, el anticuario, pero tenía una buena coartada. También combinamos las letras de la Piedad buscando anagramas. Fue inútil. Por eso pensé en usted.
    Miré el tablero: muchas veces había sentido vértigo ante lo minucioso de esa pasión, pero por primera vez sentí el peso de todas las horas inútiles. El gigantesco rompecabezas era un monstruoso espejo en el que ahora me obligaban a reflejarme. Sólo los hombres incompletos podíamos entregarnos a aquella locura. Encontré (sin buscarla, sin interesarme) la solución.
     - Llega un momento en el que los coleccionistas ya no vemos las piezas. Jugamos en realidad con huecos, con espacios vacíos. No se preocupe por las inscripciones en la pieza que Fabbri arrancó: mire mejor la forma del hueco.
     Láinez miró el punto vacío en la ciudad parcelada: leyó entonces la forma de una M.
    Montaldo fue arrestado de inmediato. Desde entonces, cada mes me envía por correo un pequeño rompecabezas que fabrica en la prisión con madera y cartones. Siempre descubro, al terminar de armarlos, la forma de una pieza ausente, y leo en el hueco la inicial de mi nombre.

                                                                         Pablo De Santis.

jueves, 10 de abril de 2014

La reseña: plan de lectura, proceso de escritura y cuestiones prácticas

Reseña:

Cuento: "El hombre muerto", de Horacio Quiroga

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/quiroga/el_hombre_muerto.htm

El cuento de la sopa y los problemas de comunicación

El cuento de la sopa y los problemas de comunicación


Estaba una señora sentada sola en la mesa de un restaurante, y tras leer la carta decidió pedir una apetitosa sopa en la que se había fijado. El camarero, muy amable le sirvió el plato a la mujer y siguió haciendo su trabajo. Cuando éste volvió a pasar cerca de la señora ésta le hizo un gesto y rápidamente el camarero fue hacia la mesa.

- ¿Qué desea, señora?
- Quiero que pruebe la sopa.
El camarero, sorprendido, reaccionó rápidamente con amabilidad, preguntando a la señora si la sopa no estaba rica o no le gustaba.
- No es eso, quiero que pruebe la sopa.
Tras pensarlo un poco más, en cuestión de segundos el camarero imaginó que posiblemente el problema era que la sopa estaría algo fría y no dudó en decirlo a la mujer, en parte disculpándose y en parte preguntando.
- Quizás es que esté fría señora. No se preocupe, que le cambio la sopa sin ningún problema...
- La sopa no está fría. ¿Podría probarla, por favor?
El camarero, desconcertado, dejó atrás la amabilidad y se concentró en resolver la situación. No era de recibo probar la comida de los clientes, pero la mujer insistía y a él ya no se le ocurrían más opciones. ¿Qué le pasaba a la sopa? Lanzó su último cartucho:
- Señora, dígame qué ocurre. Si la sopa no está mala y no está fría, dígame qué pasa y si es necesario, le cambio el plato.
- Por favor, discúlpeme pero he de insistir en que si quiere saber qué le pasa a la sopa, sólo tiene que probarla.
Finalmente, ante la petición tan rotunda de la señora, el camarero accedió a probar la sopa. Se sentó por un momento junto a ella en la mesa y alcanzó el plato el plato de sopa. Al ir a coger una cuchara, echó la vista a un lado y otro de la mesa, pero... no había cucharas. Antes de que pudiera reaccionar, la mujer sentenció:
- ¿Lo ve? Falta la cuchara. Eso es lo que le pasa a la sopa, que no me la puedo comer.


Si has leído esta historia, extraída de un libro de cuentos de Jorge Bucay, podrás darte cuenta de que muchas personas se empeñan en que las entiendan con indirectas, sin ir al grano, dando rodeos, pretenden que otros adivinen por qué dicen, hacen o piensan de determinada manera. Lo cual hace que la comunicación se torne muy dificultosa, cuando todo puede ser mucho más sencillo. Las demás personas no son iguales que nosotros, ni están en nuestra mente y muchas veces no entienden, por muy aparente que así sea,  por qué actuamos de determinada manera.

Cuento: "Ese hombre", de Rodolfo Walsh


http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/walsh/ese_hombre.htm

Cuento: "Esa mujer", de Rodolfo Walsh

Descargar para leer en clase

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/walsh/esa_mujer.htm

Ni colorín ni colorado (poema de Mario Benedetti)

Ni Colorín ni Colorado. El desgarrador poema del afamado Mario Benedetti que refleja a los bebés robados en las dictaduras de América Latina
Descripción: http://www.cambio21.cl/cambio21/site/artic/20130828/imag/foto_0120130828113415.jpg
Por Oscar Reyes P.

En 1976, dos niños uruguayos fueron secuestrados junto a sus padres en Buenos Aires por militares argentinos. Los padres de Anatole y Eva Lucía (foto reciente) de dos y cuatro años, fueron asesinados:

Roger Julian (el papá) en el mismo operativo represivo y Victoria Grisonas, (la mamá) en un lugar de exterminio en Buenos Aires.
Ambos niños quedaron huérfanos.

Por ese brutal "intercambio" de bebés robados de las dictaduras del cono Sur de América, los pequeños Anatole y Eva, llegaron a Chile. A Valparaíso.

A vivir a la casa de un marino o militar, cuya esposa no podía tener hijos.

Pero la mujer  del uniformado -aún desconocida- no los quiso adoptar en forma irregular, porque "estaban muy crecidos" y los botaron y abandonaron en una plaza de Valparaíso. Un auto con los vidrios polarizados los dejó en la Plaza O´Higgins del puerto.

Luego de deambular en plena dictadura por centros de menores, ambos niños fueron adoptados en forma legal y normal por un médico y su esposa que no tenían relación con la dictadura chilena.

Anatole hoy es abogado y fiscal en la Quinta Región y su hermana, Eva es sicóloga.

Ambos, en Uruguay y Argentina son personas de renombre. Sus abuelas los encontraron y les pidieron volver a Uruguay. Pero ellos decidieron seguir en Chile y vivir en nuestro país.

El afamado poeta Mario Benedetti les dedicó esta poema. Se llama "ni Colorín ni Colorado":

Fue en Valparaíso donde reaparecieron
en pleno año internacional del niño
por fin sanos y salvos
con escasa y suficiente memoria

Eva Lucía y Anatole
niños del siglo veinte
habían mediado las naciones unidas
y fotógrafos, embajadas, arzobispos
y una vez confirmadas las identidades
y obtenido el aval indispensable
de burócratas y estados mayores
desde Montevideo fue a buscarlos la abuela
y es posible que todo vuelva a su cauce

pero ni colorín ni colorado
el cuento no se ha acabado

Valparaíso de terremotos y escaleras
donde cada escalón es una casa en ascuas
Valparaíso de marineros y mercados
y costas de agua helada y transparente
había acogido a Anatole y Eva Lucía
cuando en diciembre del setenta y seis
aparecieron en la plaza O´Higgins
a la deriva y tomados de la mano

Valparaíso de acordeones y tabernas
y olor inconfundible a sal y muelles
con un mar que complica los adioses
pero se encrespa con las bienvenidas
la ciudad de las proas les dio pan y cobijo
y también una esponja con la ardua misión
de borrar los poquísimos recuerdos

pero ni colorín ni colorado
el cuento no se ha acabado

Anatole sí recuerda a la madre caída
no ha olvidado aquella sangre única
ni al padre escondiéndolos en la bañera
para salvarlos del oprobio y los tiros

pero ni colorín ni colorado
el cuento no se ha acabado

lo cierto es que Montevideo y Valparaíso
tienen más de un atributo en común
digamos la bruma y la nostalgia de los puertos
y esta oscura piedad en homenaje
al pobre año internacional del niño
que dentro de unos meses se termina

así pues no sería de extrañar
que antes de que culminen las celebraciones
y a fin de que la lástima sea simétrica
aparecieran en la plaza Zabala
o en villa dolores o en el prado
dos pequeños chilenos desgajados del mundo
y por fotógrafos, embajadas, arzobispos
comprobadas las identidades y obtenido
el aval de burócratas y estados mayores
viniera a recogerlos algún abuelo
a fin de reintegrarlos a su Valparaíso
que seguramente los habría de esperar
sin primavera sin canciones sin padres

pero ni colorín ni colorado
el cuento no se ha acabado.


"Infierno grande", de Guillermo Martínez


Copiar el link y descargarlo. está en Word.


niusleter.com.ar/biblioteca/GuillermoMartinezInfiernogrande.doc

"El collar", de Guy de Maupassant

El collar, de Guy de Maupassant

Era una de esas hermosas y encantadoras criaturas nacidas como por un error del destino en una familia de empleados. Carecía de dote, y no tenía esperanzas de cambiar de posición; no disponía de ningún medio para ser conocida, comprendida, querida, para encontrar un esposo rico y distinguido; y aceptó entonces casarse con un modesto empleado del Ministerio de Instrucción Pública.
No pudiendo adornarse, fue sencilla, pero desgraciada, como una mujer obligada por la suerte a vivir en una esfera inferior a la que le corresponde; porque las mujeres no tienen casta ni raza, pues su belleza, su atractivo y su encanto les sirven de ejecutoria y de familia. Su nativa firmeza, su instinto de elegancia y su flexibilidad de espíritu son para ellas la única jerarquía, que iguala a las hijas del pueblo con las más grandes señoras.
Sufría constantemente, sintiéndose nacida para todas las delicadezas y todos los lujos. Sufría contemplando la pobreza de su hogar, la miseria de las paredes, sus estropeadas sillas, su fea indumentaria. Todas estas cosas, en las cuales ni siquiera habría reparado ninguna otra mujer de su casa, la torturaban y la llenaban de indignación.
La vista de la muchacha bretona que les servía de criada despertaba en ella pesares desolados y delirantes ensueños. Pensaba en las antecámaras mudas, guarnecidas de tapices orientales, alumbradas por altas lámparas de bronce y en los dos pulcros lacayos de calzón corto, dormidos en anchos sillones, amodorrados por el intenso calor de la estufa. Pensaba en los grandes salones colgados de sedas antiguas, en los finos muebles repletos de figurillas inestimables y en los saloncillos coquetones, perfumados, dispuestos para hablar cinco horas con los amigos más íntimos, los hombres famosos y agasajados, cuyas atenciones ambicionan todas las mujeres.
Cuando, a las horas de comer, se sentaba delante de una mesa redonda, cubierta por un mantel de tres días, frente a su esposo, que destapaba la sopera, diciendo con aire de satisfacción: “¡Ah! ¡Qué buen caldo! ¡No hay nada para mí tan excelente como esto!”, pensaba en las comidas delicadas, en los servicios de plata resplandecientes, en los tapices que cubren las paredes con personajes antiguos y aves extrañas dentro de un bosque fantástico; pensaba en los exquisitos y selectos manjares, ofrecidos en fuentes maravillosas; en las galanterías murmuradas y escuchadas con sonrisa de esfinge, al tiempo que se paladea la sonrosada carne de una trucha o un alón de faisán.
No poseía galas femeninas, ni una joya; nada absolutamente y sólo aquello de que carecía le gustaba; no se sentía formada sino para aquellos goces imposibles. ¡Cuánto habría dado por agradar, ser envidiada, ser atractiva y asediada!
Tenía una amiga rica, una compañera de colegio a la cual no quería ir a ver con frecuencia, porque sufría más al regresar a su casa. Días y días pasaba después llorando de pena, de pesar, de desesperación.
Una mañana el marido volvió a su casa con expresión triunfante y agitando en la mano un ancho sobre.
-Mira, mujer -dijo-, aquí tienes una cosa para ti.
Ella rompió vivamente la envoltura y sacó un pliego impreso que decía:
“El ministro de Instrucción Pública y señora ruegan al señor y la señora de Loisel les hagan el honor de pasar la velada del lunes 18 de enero en el hotel del Ministerio.”
En lugar de enloquecer de alegría, como pensaba su esposo, tiró la invitación sobre la mesa, murmurando con desprecio:
-¿Qué haré yo con eso?
-Creí, mujercita mía, que con ello te procuraba una gran satisfacción. ¡Sales tan poco, y es tan oportuna la ocasión que hoy se te presenta!… Te advierto que me ha costado bastante trabajo obtener esa invitación. Todos las buscan, las persiguen; son muy solicitadas y se reparten pocas entre los empleados. Verás allí a todo el mundo oficial.
Clavando en su esposo una mirada llena de angustia, le dijo con impaciencia:
-¿Qué quieres que me ponga para ir allá?
No se había preocupado él de semejante cosa, y balbució:
-Pues el traje que llevas cuando vamos al teatro. Me parece muy bonito…
Se calló, estupefacto, atontado, viendo que su mujer lloraba. Dos gruesas lágrimas se desprendían de sus ojos, lentamente, para rodar por sus mejillas.
El hombre murmuró:
-¿Qué te sucede? Pero ¿qué te sucede?
Mas ella, valientemente, haciendo un esfuerzo, había vencido su pena y respondió con tranquila voz, enjugando sus húmedas mejillas:
-Nada; que no tengo vestido para ir a esa fiesta. Da la invitación a cualquier colega cuya mujer se encuentre mejor provista de ropa que yo.
Él estaba desolado, y dijo:
-Vamos a ver, Matilde. ¿Cuánto te costaría un traje decente, que pudiera servirte en otras ocasiones, un traje sencillito?
Ella meditó unos segundos, haciendo sus cuentas y pensando asimismo en la suma que podía pedir sin provocar una negativa rotunda y una exclamación de asombro del empleadillo.
Respondió, al fin, titubeando:
-No lo sé con seguridad, pero creo que con cuatrocientos francos me arreglaría.
El marido palideció, pues reservaba precisamente esta cantidad para comprar una escopeta, pensando ir de caza en verano, a la llanura de Nanterre, con algunos amigos que salían a tirar a las alondras los domingos.
Dijo, no obstante:
-Bien. Te doy los cuatrocientos francos. Pero trata de que tu vestido luzca lo más posible, ya que hacemos el sacrificio.
El día de la fiesta se acercaba y la señora de Loisel parecía triste, inquieta, ansiosa. Sin embargo, el vestido estuvo hecho a tiempo. Su esposo le dijo una noche:
-¿Qué te pasa? Te veo inquieta y pensativa desde hace tres días.
Y ella respondió:
-Me disgusta no tener ni una alhaja, ni una sola joya que ponerme. Pareceré, de todos modos, una miserable. Casi, casi me gustaría más no ir a ese baile.
-Ponte unas cuantas flores naturales -replicó él-. Eso es muy elegante, sobre todo en este tiempo, y por diez francos encontrarás dos o tres rosas magníficas.
Ella no quería convencerse.
-No hay nada tan humillante como parecer una pobre en medio de mujeres ricas.
Pero su marido exclamó:
-¡Qué tonta eres! Anda a ver a tu compañera de colegio, la señora de Forestier, y ruégale que te preste unas alhajas. Eres bastante amiga suya para tomarte esa libertad.

La mujer dejó escapar un grito de alegría.
Descripción: http://llevatetodo.com/wp-content/uploads/2013/09/El.collar-201x300.jpg

-Tienes razón, no había pensado en ello.
Al siguiente día fue a casa de su amiga y le contó su apuro.
La señora de Forestier fue a un armario de espejo, cogió un cofrecillo, lo sacó, lo abrió y dijo a la señora de Loisel:
-Escoge, querida.
Primero vio brazaletes; luego, un collar de perlas; luego, una cruz veneciana de oro, y pedrería primorosamente construida. Se probaba aquellas joyas ante el espejo, vacilando, no pudiendo decidirse a abandonarlas, a devolverlas. Preguntaba sin cesar:
-¿No tienes ninguna otra?
-Sí, mujer. Dime qué quieres. No sé lo que a ti te agradaría.
De repente descubrió, en una caja de raso negro, un soberbio collar de brillantes, y su corazón empezó a latir de un modo inmoderado.
Sus manos temblaron al tomarlo. Se lo puso, rodeando con él su cuello, y permaneció en éxtasis contemplando su imagen.
Luego preguntó, vacilante, llena de angustia:
-¿Quieres prestármelo? No quisiera llevar otra joya.
-Sí, mujer.
Abrazó y besó a su amiga con entusiasmo, y luego escapó con su tesoro.
Llegó el día de la fiesta. La señora de Loisel tuvo un verdadero triunfo. Era más bonita que las otras y estaba elegante, graciosa, sonriente y loca de alegría. Todos los hombres la miraban, preguntaban su nombre, trataban de serle presentados. Todos los directores generales querían bailar con ella. El ministro reparó en su hermosura.
Ella bailaba con embriaguez, con pasión, inundada de alegría, no pensando ya en nada más que en el triunfo de su belleza, en la gloria de aquel triunfo, en una especie de dicha formada por todos los homenajes que recibía, por todas las admiraciones, por todos los deseos despertados, por una victoria tan completa y tan dulce para un alma de mujer.
Se fue hacia las cuatro de la madrugada. Su marido, desde medianoche, dormía en un saloncito vacío, junto con otros tres caballeros cuyas mujeres se divertían mucho.
Él le echó sobre los hombros el abrigo que había llevado para la salida, modesto abrigo de su vestir ordinario, cuya pobreza contrastaba extrañamente con la elegancia del traje de baile. Ella lo sintió y quiso huir, para no ser vista por las otras mujeres que se envolvían en ricas pieles.
Loisel la retuvo diciendo:
-Espera, mujer, vas a resfriarte a la salida. Iré a buscar un coche.
Pero ella no le oía, y bajó rápidamente la escalera.
Cuando estuvieron en la calle no encontraron coche, y se pusieron a buscar, dando voces a los cocheros que veían pasar a lo lejos.
Anduvieron hacia el Sena desesperados, tiritando. Por fin pudieron hallar una de esas vetustas berlinas que sólo aparecen en las calles de París cuando la noche cierra, cual si les avergonzase su miseria durante el día.
Los llevó hasta la puerta de su casa, situada en la calle de los Mártires, y entraron tristemente en el portal.
Pensaba, el hombre, apesadumbrado, en que a las diez había de ir a la oficina.
La mujer se quitó el abrigo que llevaba echado sobre los hombros, delante del espejo, a fin de contemplarse aún una vez más ricamente alhajada. Pero de repente dejó escapar un grito.
Su esposo, ya medio desnudo, le preguntó:
-¿Qué tienes?
Ella se volvió hacia él, acongojada.
-Tengo…, tengo… -balbució – que no encuentro el collar de la señora de Forestier.
Él se irguió, sobrecogido:
-¿Eh?… ¿cómo? ¡No es posible!
Y buscaron entre los adornos del traje, en los pliegues del abrigo, en los bolsillos, en todas partes. No lo encontraron.
Él preguntaba:
-¿Estás segura de que lo llevabas al salir del baile?
-Sí, lo toqué al cruzar el vestíbulo del Ministerio.
-Pero si lo hubieras perdido en la calle, lo habríamos oído caer.
-Debe estar en el coche.
-Sí. Es probable. ¿Te fijaste qué número tenía?
-No. Y tú, ¿no lo miraste?
-No.
Se contemplaron aterrados. Loisel se vistió por fin.
-Voy -dijo- a recorrer a pie todo el camino que hemos hecho, a ver si por casualidad lo encuentro.
Y salió. Ella permaneció en traje de baile, sin fuerzas para irse a la cama, desplomada en una silla, sin lumbre, casi helada, sin ideas, casi estúpida.
Su marido volvió hacia las siete. No había encontrado nada.
Fue a la Prefectura de Policía, a las redacciones de los periódicos, para publicar un anuncio ofreciendo una gratificación por el hallazgo; fue a las oficinas de las empresas de coches, a todas partes donde podía ofrecérsele alguna esperanza.
Ella le aguardó todo el día, con el mismo abatimiento desesperado ante aquel horrible desastre.
Loisel regresó por la noche con el rostro demacrado, pálido; no había podido averiguar nada.
-Es menester -dijo- que escribas a tu amiga enterándola de que has roto el broche de su collar y que lo has dado a componer. Así ganaremos tiempo.
Ella escribió lo que su marido le decía.
Al cabo de una semana perdieron hasta la última esperanza.
Y Loisel, envejecido por aquel desastre, como si de pronto le hubieran echado encima cinco años, manifestó:
-Es necesario hacer lo posible por reemplazar esa alhaja por otra semejante.
Al día siguiente llevaron el estuche del collar a casa del joyero cuyo nombre se leía en su interior.
El comerciante, después de consultar sus libros, respondió:
-Señora, no salió de mi casa collar alguno en este estuche, que vendí vacío para complacer a un cliente.
Anduvieron de joyería en joyería, buscando una alhaja semejante a la perdida, recordándola, describiéndola, tristes y angustiosos.
Encontraron, en una tienda del Palais Royal, un collar de brillantes que les pareció idéntico al que buscaban.
Valía cuarenta mil francos, y regateándolo consiguieron que se lo dejaran en treinta y seis mil.
Rogaron al joyero que se los reservase por tres días, poniendo por condición que les daría por él treinta y cuatro mil francos si se lo devolvían, porque el otro se encontrara antes de fines de febrero.
Loisel poseía dieciocho mil que le había dejado su padre. Pediría prestado el resto.
Y, efectivamente, tomó mil francos de uno, quinientos de otro, cinco luises aquí, tres allá. Hizo pagarés, adquirió compromisos ruinosos, tuvo tratos con usureros, con toda clase de prestamistas. Se comprometió para toda la vida, firmó sin saber lo que firmaba, sin detenerse a pensar, y, espantado por las angustias del porvenir, por la horrible miseria que los aguardaba, por la perspectiva de todas las privaciones físicas y de todas las torturas morales, fue en busca del collar nuevo, dejando sobre el mostrador del comerciante treinta y seis mil francos.
Cuando la señora de Loisel devolvió la joya a su amiga, ésta le dijo un tanto displicente:
-Debiste devolvérmelo antes, porque bien pude yo haberlo necesitado.
No abrió siquiera el estuche, y eso lo juzgó la otra una suerte. Si notara la sustitución, ¿qué supondría? ¿No era posible que imaginara que lo habían cambiado de intento?
La señora de Loisel conoció la vida horrible de los menesterosos. Tuvo energía para adoptar una resolución inmediata y heroica. Era necesario devolver aquel dinero que debían… Despidieron a la criada, buscaron una habitación más económica, una buhardilla.
Conoció los duros trabajos de la casa, las odiosas tareas de la cocina. Fregó los platos, desgastando sus uñitas sonrosadas sobre los pucheros grasientos y en el fondo de las cacerolas. Enjabonó la ropa sucia, las camisas y los paños, que ponía a secar en una cuerda; bajó a la calle todas las mañanas la basura y subió el agua, deteniéndose en todos los pisos para tomar aliento. Y, vestida como una pobre mujer de humilde condición, fue a casa del verdulero, del tendero de comestibles y del carnicero, con la cesta al brazo, regateando, teniendo que sufrir desprecios y hasta insultos, porque defendía céntimo a céntimo su dinero escasísimo.
Era necesario mensualmente recoger unos pagarés, renovar otros, ganar tiempo.
El marido se ocupaba por las noches en poner en limpio las cuentas de un comerciante, y a veces escribía a veinticinco céntimos la hoja.
Y vivieron así diez años.
Al cabo de dicho tiempo lo habían ya pagado todo, todo, capital e intereses, multiplicados por las renovaciones usurarias.
La señora Loisel parecía entonces una vieja. Se había transformado en la mujer fuerte, dura y ruda de las familias pobres. Mal peinada, con las faldas torcidas y rojas las manos, hablaba en voz alta, fregaba los suelos con agua fría. Pero a veces, cuando su marido estaba en el Ministerio, se sentaba junto a la ventana, pensando en aquella fiesta de otro tiempo, en aquel baile donde lució tanto y donde fue tan festejada.
¿Cuál sería su fortuna, su estado al presente, si no hubiera perdido el collar? ¡Quién sabe! ¡Quién sabe! ¡Qué mudanzas tan singulares ofrece la vida! ¡Qué poco hace falta para perderse o para salvarse!
Un domingo, habiendo ido a dar un paseo por los Campos Elíseos para descansar de las fatigas de la semana, reparó de pronto en una señora que pasaba con un niño cogido de la mano.
Era su antigua compañera de colegio, siempre joven, hermosa siempre y siempre seductora. La de Loisel sintió un escalofrío. ¿Se decidiría a detenerla y saludarla? ¿Por qué no? Habíéndolo pagado ya todo, podía confesar, casi con orgullo, su desdicha.
Se puso frente a ella y dijo:
-Buenos días, Juana.
La otra no la reconoció, admirándose de verse tan familiarmente tratada por aquella infeliz. Balbució:
-Pero… ¡señora!.., no sé. .. Usted debe de confundirse…
-No. Soy Matilde Loisel.
Su amiga lanzó un grito de sorpresa.
-¡Oh! ¡Mi pobre Matilde, qué cambiada estás! …
-¡Sí; muy malos días he pasado desde que no te veo, y además bastantes miserias…. todo por ti…
-¿Por mí? ¿Cómo es eso?
-¿Recuerdas aquel collar de brillantes que me prestaste para ir al baile del Ministerio?
-¡Sí, pero…
-Pues bien: lo perdí…
-¡Cómo! ¡Si me lo devolviste!
-Te devolví otro semejante. Y hemos tenido que sacrificarnos diez años para pagarlo. Comprenderás que representaba una fortuna para nosotros, que sólo teníamos el sueldo. En fin, a lo hecho pecho, y estoy muy satisfecha.
La señora de Forestier se había detenido.
-¿Dices que compraste un collar de brillantes para sustituir al mío?
-Sí. No lo habrás notado, ¿eh? Casi eran idénticos.
Y al decir esto, sonreía orgullosa de su noble sencillez. La señora de Forestier, sumamente impresionada, le cogió ambas manos:
-¡Oh! ¡Mi pobre Matilde! ¡Pero si el collar que yo te presté era de piedras falsas!… ¡Valía quinientos francos a lo sumo!…

Actividades:
Luego de leer atentamente el cuento, responde:
1) ¿Qué pensamientos y emociones torturan a la protagonista de este cuento?
2) ¿Con qué sueña permanentemente?
3) ¿Cómo es su vida?
4) ¿Por qué Matilde se niega a asistir a la fiesta? ¿Qué sacrificio hace su marido para que ella vaya?
5) ¿Cómo obtiene el collar de brillantes?
6) ¿Cómo es tratada en la fiesta? ¿Por qué motivo?
7) ¿Qué ocurre luego de la fiesta con el collar?
8) ¿Cómo se siente Matilde ahora que está completamente endeudada?
9) ¿De qué se entera al final la protagonista?
11) “La vida de Matilde es toda una farsa”, explica esta frase teniendo en cuenta todas las preguntas antes respondidas.
12) ¿De qué se entera al final la protagonista? ¿Cómo viviste vos, como lector, ese final tan sorpresivo?
13) ¿Cuál de las siguientes palabras podría ser la responsable de los diez años de pobreza:
• La envidia.
• El orgullo.
• El miedo.

  Fundamenta tu respuesta.
15) Enumera los distintos procedimientos y técnicas que utiliza el autor para dar objetividad y realismo a este relato. Para esto observa el video del Canal Encuentro: https://www.youtube.com/watch?v=CneynBQ3nEA

"Antígona o la caridad" en "Falsificaciones" de Marco Denevi

      ANTÍGONA, O LA CARIDAD
     ¡Cuidado! Edipo acaba de morir. Y sobre ese cadáver tibio y cubierto de andrajos Antígona llora lastimeramente. Pero cuidado, digo. Porque Antígona está pensando para sus adentros:
    "¿Y ahora? ¿Qué será de mí? He pasado mis mejores años dedicada a cuidar de mi padre viejo y ciego. Pero mientras él vivía y yo, su hija predilecta, lo guiaba por los caminos, las gentes salían a mi encuentro, me bendecían me hacían entrar en sus casas, me daban de comer, llegaron a ofrecerme regalos. Yo era respetada, admirada, agasajada. Creo que he sido más famosa que mi padre. Tenía el porve­nir seguro. Me sentía feliz. ¿Y ahora? Anciano egoísta, des­pués de exprimirme como a un limón te mueres y me dejas abandonada. Sola ¿a qué puerta llamaré? Madura y fea ¿quién se interesará por mí? ¿Éste es el premio de mis sacri­ficios? ¿Así se me despide, como a una sirvienta inválida? Luego de tantos años de ejercer mi profesión de hija carita­tiva no estoy en condiciones de aprender una nueva. No sé hacer otra cosa que extender la mano y, componiendo un semblante patético, excitar la piedad ajena. Pero necesito la compañía de un desdichado. De lo contrario una solterona no excita la piedad, sólo provoca la indiferencia o el despre­cio. Repito: ¿qué será de mí?
    Ved cómo cesa de llorar, cómo levanta la cabeza y hace girar los ojos ávidos. Escondamos a nuestros tiernos hijos: Antígona no vacilaría en volverlos huérfanos. Ocultemos a nuestros padres: Antígona sería capaz de convertirlos en nuevos Edipos ciegos. Nadie es más temible que una Antí­gona sin  ocupación.

En Falsificaciones de Marco Denevi


"Antígona Furiosa!, de Griselda Gambaro

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http://www.academia.edu/4297539/Antigona_furiosa_editada

"Antígona", de Sófocles


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http://agonzalez.web.wesleyan.edu/span253/texts/sofocles_antigona.pdf

"Antígona Vélez", de Leopoldo Marechal


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http://es.scribd.com/doc/147930022/Antigona-Velez

La cosmovisión

El término cosmovisión es una adaptación del alemán que significa observar el mundo.
                                                             Cosmo: mundo                  /         Visión
Una cosmovisión es el conjunto de opiniones y creencias que conforman la imagen o concepto general del mundo que tiene una personaépoca o cultura, a partir de la cual la interpreta.
Teresa Colomer en su artículo “La enseñanza de la Literatura como construcción de sentido” plantea que  los textos literarios permiten comprender y verbalizar la actividad humana, representando así  la realidad de diversas formas que aquí se denominan cosmovisiones.
La enseñanza de la literatura, especialmente en la Secundaria, tiene que posibilitar a los alumnos  conocer las maneras  de pensar la realidad y   de dar forma a la experiencia; esas maneras  se encuentran “acumuladas”, atesoradas, en las obras literarias. 
De este modo los adolescentes y jóvenes pueden   incorporarse al diálogo de la humanidad, al ágora de la reflexión sobre la cualidad humana y su percepción del mundo, al contacto con todas las formas de lenguaje -con todos los géneros y tipos textuales- contenidos en la literatura. Así, incorporar la posibilidad de la reflexión que supone el escrito, el mundo formado exclusivamente por la palabra.
Este concepto es muy amplio. Por ejemplo, pensar en una mirada realista, no nos conduce necesariamente a lo que, desde los movimientos estéticos abordados desde una perspectiva histórico- cronológica, se denomina  Realismo, con autores tales como Roberto J. Payró o Florencio Sánchez. También se podría incorporar una novela psicologista, como El túnel, de Ernesto Sábato,  la poesía social de Raúl González Tuñón o de Pablo Neruda, o un cuento realista de la literatura contemporánea (“Final de juego” de Julio Cortázar o “Conejo” de Abelardo Castillo).
¿Por qué se eligió esta organización de las miradas para cada año?
Sabiendo que todo recorte posible conlleva inevitablemente una cierta arbitrariedad  (Como todo recorte de contenidos a enseñar en general), se intentó buscar una lógica. Tanto en la historia de la humanidad como en la historia evolutiva de una persona, primero, cuando no se comprenden las razones y no se le puede dar una explicación científica de los hechos, se buscan argumentos míticos, se “construye” ficcionalmente una explicación. Luego, a medida que la humanidad evoluciona (o  la persona crece) se accede a un vínculo más mimético con la realidad, se encuentran razones y explicaciones que aproximan a ella. En simultáneo, al tener la distinción de lo que se puede considerar “realista”, se abre la alternativa  fantástica. Por último, cuanto mejor conocimiento se tiene de la realidad, de los cánones, las normas, etc., más posibilidades hay de transgredir, de ingresar al universo de las rupturas y las experimentaciones. Se podría decir que esta instancia es la más “vanguardista” y compleja. (DC Literatura 4º en la p. 33).
4to Literatura
5to Literatura
6to Literatura
Cosmovisión trágica
Cosmovisión realista
Literatura alegórica
Cosmovisión épica
La cosmovisión maravillosa y el Realismo Mágico
Ruptura y experimentación
Cosmovisión mítica
Cosmovisión Fantástica
Formas cómicas o humorísticas

Ciencia Ficción