En 1939, la "Junta de Recuperación de las Malvinas", mediante un concurso, seleccionó la mejor composición poético-musical. Tuvo ese honor el trabajo realizado por José Tieri en la música, y Carlos Obligado en la letra. A partir de allí, se canta esta Marcha de las Malvinas en los actos celebratorios.
MARCHA DE LAS MALVINAS
Tras su manto de neblinas,
no las hemos de olvidar.
"¡Las Malvinas, Argentinas!",
clama el viento y ruge el mar.
Ni de aquellos horizontes
nuestra enseña han de arrancar,
pues su blanco está en los montes
y en su azul se tiñe el mar.
¡Por ausente, por vencido
bajo extraño pabellón,
ningún suelo más querido;
de la patria en la extensión!
¿Quién nos habla aquí de olvido,
de renuncia, de perdón? ...
¡Ningún suelo más querido,
de la patria en la extensión.
¡Rompa el manto de neblinas,
como un sol, nuestro ideal:
"Las Malvinas, Argentinas
en dominio ya inmortal"!
Y ante el sol de nuestro emblema,
pura, nítida y triunfal,
brille ¡oh Patria!, en tu diadema
la perdida perla austral.
Coro
¡Para honor de nuestro emblema
para orgullo nacional,
brille ¡oh Patria!, en tu diadema
la pérdida perla austral!
Letra: Carlos Obligado - Música: José Tieri
martes, 27 de marzo de 2012
Las hermanitas Malvinas
Las hermanitas Malvinas
Música: Piero - Letra: José
En el sur sobre las locas geografías
llegaron piratas de otros mares,
arrasaron las tierras congeladas
y las llenaron de ron y sangre humana.
Sólo el viento quedó como testigo
de tanta bárbara barbarie bárbara
mientras un perro se escondió asombrado
al ver desembarcar a los corsarios.
Era tiempo de espadas y de imperios,
eran gritos brutales y desgarrados
de ambiciones, de traiciones
que fueron devorando a los humanos.
Fueron los ingleses los que fueron
a robar las hermanitas Malvinas.
Estaban solas mirando hacia el oriente
mientras las naves les rompieron las costillas.
El agua estaba quieta, agazapada,
recibiendo los cuerpos de la patria;
los nativos peleando la barbarie
mientras la lluvia oscureció el paisaje.
En la penumbra saquearon los botines;
entre la niebla cruzaron la historia;
en el mástil una cabeza india
y en la cubierta brindando la conquista.
La memoria no sabe de fronteras
porque las islas siempre fueron nuestras.
Les dicen Falkland pero son Malvinas
porque la muerte enterrada es argentina.
Música: Piero - Letra: José
En el sur sobre las locas geografías
llegaron piratas de otros mares,
arrasaron las tierras congeladas
y las llenaron de ron y sangre humana.
Sólo el viento quedó como testigo
de tanta bárbara barbarie bárbara
mientras un perro se escondió asombrado
al ver desembarcar a los corsarios.
Era tiempo de espadas y de imperios,
eran gritos brutales y desgarrados
de ambiciones, de traiciones
que fueron devorando a los humanos.
Fueron los ingleses los que fueron
a robar las hermanitas Malvinas.
Estaban solas mirando hacia el oriente
mientras las naves les rompieron las costillas.
El agua estaba quieta, agazapada,
recibiendo los cuerpos de la patria;
los nativos peleando la barbarie
mientras la lluvia oscureció el paisaje.
En la penumbra saquearon los botines;
entre la niebla cruzaron la historia;
en el mástil una cabeza india
y en la cubierta brindando la conquista.
La memoria no sabe de fronteras
porque las islas siempre fueron nuestras.
Les dicen Falkland pero son Malvinas
porque la muerte enterrada es argentina.
La carta perdida (canción sobre Malvinas)
La carta perdida
de Soledad Pastorutti (La Sole)
Mañana del día veintidós,
madre, hoy es tu cumpleaños.
Chaco ¡qué lejos estoy!
En mi carta les dejo mi amor.
Todo es blanco y aquí a mi alrededor
nos humillan con grandezas
el Tano, el Polaco, el Andrés.
Madre, cayeron los tres.
Es de noche y los salgo a buscar,
mil estrellas me quieren contar,
hace frío y aquí en soledad
hay mil almas que de guardia están.
Y sos un poco de sol,
toda nieve, toda viento.
Sos un puerto argentino
con bandera de otra nación.
Es la carta que nunca llegó,
escrita allá en Malvinas.
Fue en abril del ochenta y dos
de un soldado que nunca volvió.
de Soledad Pastorutti (La Sole)
Mañana del día veintidós,
madre, hoy es tu cumpleaños.
Chaco ¡qué lejos estoy!
En mi carta les dejo mi amor.
Todo es blanco y aquí a mi alrededor
nos humillan con grandezas
el Tano, el Polaco, el Andrés.
Madre, cayeron los tres.
Es de noche y los salgo a buscar,
mil estrellas me quieren contar,
hace frío y aquí en soledad
hay mil almas que de guardia están.
Y sos un poco de sol,
toda nieve, toda viento.
Sos un puerto argentino
con bandera de otra nación.
Es la carta que nunca llegó,
escrita allá en Malvinas.
Fue en abril del ochenta y dos
de un soldado que nunca volvió.
La hermanita perdida
La hermanita perdida
de Atahualpa Yupanqui y Ariel Ramírez
De la mañana a la noche,
de la noche a la mañana,
en grandes olas azules
y encajes de espuma blanca,
te va llegando el saludo
permanente de la Patria.
Ay, hermanita perdida.
Hermanita, vuelve a casa.
Amarillentos papeles
te pintan con otra laya.
Pero son veinte millones
que te llamamos: hermana...
Sobre las aguas australes
planean gaviotas blancas.
Dura piedra enternecida
por la sagrada esperanza.
Ay, hermanita perdida.
Hermanita, vuelve a casa.
Malvinas, tierra cautiva,
de un rubio tiempo pirata.
Patagonia te suspira.
Toda la Pampa te llama.
Seguirán las mil banderas
del mar, azules y blancas,
pero queremos ver una
sobre tus piedras, clavada.
Para llenarte de criollos.
Para curtirte la cara
hasta que logres el gesto
tradicional de la Patria.
Ay, hermanita perdida.
Hermanita, vuelve a casa.
de Atahualpa Yupanqui y Ariel Ramírez
De la mañana a la noche,
de la noche a la mañana,
en grandes olas azules
y encajes de espuma blanca,
te va llegando el saludo
permanente de la Patria.
Ay, hermanita perdida.
Hermanita, vuelve a casa.
Amarillentos papeles
te pintan con otra laya.
Pero son veinte millones
que te llamamos: hermana...
Sobre las aguas australes
planean gaviotas blancas.
Dura piedra enternecida
por la sagrada esperanza.
Ay, hermanita perdida.
Hermanita, vuelve a casa.
Malvinas, tierra cautiva,
de un rubio tiempo pirata.
Patagonia te suspira.
Toda la Pampa te llama.
Seguirán las mil banderas
del mar, azules y blancas,
pero queremos ver una
sobre tus piedras, clavada.
Para llenarte de criollos.
Para curtirte la cara
hasta que logres el gesto
tradicional de la Patria.
Ay, hermanita perdida.
Hermanita, vuelve a casa.
lunes, 26 de marzo de 2012
Del amor y otros demonios, de Gabriel García Márquez
LINK DE LA IMAGEN:
http://www.google.com.ar/imgres?um=1&hl=es&sa=N&gbv=2&biw=982&bih=426&tbm=isch&tbnid=jCEzNtnMLqxJdM:&imgrefurl=http://blogs.elcorreo.com/divergencias/2010/03/24/maraton-novelas-garcia-marquez-el-cine/&docid=ie5VdwMGBoTYGM&imgurl=http://blogs.elcorreo.com/divergencias/files/eliza-triana7.jpg&w=500&h=750&ei=vsBwT97EKsjd0QHOnsHABg&zoom=1
http://www.google.com.ar/imgres?um=1&hl=es&sa=N&gbv=2&biw=982&bih=426&tbm=isch&tbnid=jCEzNtnMLqxJdM:&imgrefurl=http://blogs.elcorreo.com/divergencias/2010/03/24/maraton-novelas-garcia-marquez-el-cine/&docid=ie5VdwMGBoTYGM&imgurl=http://blogs.elcorreo.com/divergencias/files/eliza-triana7.jpg&w=500&h=750&ei=vsBwT97EKsjd0QHOnsHABg&zoom=1
domingo, 25 de marzo de 2012
CARACTERÍSTICAS DE LAS LEYENDAS DE BÉCQUER
Características de las leyendas de Bécquer
La mayoría de los entendidos clasifican las leyendas de Bécquer en tres grupos: las tradicionales, las fantásticas y las exóticas.
Las tradicionales, están influidas por los escritos de Zorrilla, y, aunque con un toque becqueriano, pueden ser consideradas de honor y de honra, como por ejemplo "La promesa", "El Cristo de la calavera".
Las fantásticas son relatos sobrenaturales y simbólicos como "Los ojos verdes", "El monte de las ánimas", "El rayo de luna", "Maese Pérez el organista", etc. Hay que destacar que la mayoría de las leyendas pertenecen a este grupo.
Y, por último, las leyendas exóticas, de influencia hindú o árabe como "El caudillo de las manos rojas" y "La Creación". En estas leyendas no se ven tan bien representadas las "típicas" características de Bécquer, referidas principalmente a los dos primeros grupos de leyendas.
Las características generales de las leyendas son:
• Presencia de un mundo espectral, sobrenatural y misterioso, que muchas veces utiliza para presagiar los episodios, como en "El monte de las ánimas":
"Y cerrando los ojos intentó dormir; pero en vano había hecho 00 el esfuerzo sobre sí misma. Pronto volvió a incorporarse, más pálida, más inquieta, más aterrada. Ya no era una ilusión: las colgaderas de brocado de la puerta se habían rozado al separarse, y unas pisadas lentas y sonaban sobre la alfombra..." "... Separó las cortinas de seda del lecho, y ya se disponía a reírse de sus temores pasados cuando de repente un sudor frío cubrió su cuerpo... Sobre el reclinatorio había visto sangrienta y desgarrada la banda azul que fue a buscar Alfonso."
• Pasa de lo real a lo fantástico, llegando a introducir datos históricos en sus relatos que los hacen más verosímiles, como en "La Promesa", en la que habla de la batalla que realizó Fernando IV, a la que el Papa dio el carácter de Cruzada:
"...Circulaban en todas direcciones multitud de soldados que, hablando dialectos diversos y vestido cada cual al uso de su país, y cada cual armado a su guisa..."
• Presencia de ambientes nocturnos, de ruinas, en los que está casi siempre presente la luna. Bécquer gustaba de monasterios e iglesias.
"Algunas veces llegaba su delirio hasta el punto de quedarse una noche entera mirando la luna, que flotaba en el cielo entre un vapor de plata..."
"...Aún quedaban en pie restos de los anchos torreones de sus muros, aún se veían, como en parte se ven hoy, cubiertos de hiedra y campanillas blancas los macizos arcos de los claustros, las prolongadas galerías ojivales de sus patios de armas en las que suspiraba el viento con un gemido..." (El rayo de luna).
• Presencia de un enamorado, ya valiente, ya frágil que desafía a todo por los deseos de su amada, y acaba siendo condenado. Otras veces, aunque aspirando a un amor natural, acaba siendo destruido por una amada sobrenatural o espectral.
"¿La ves? –parecía decirme mostrándome la joya- Pues no es tuya, no lo será nunca..., nunca..."
"¿Qué virgen tiene esa prisa?
-La del Sagrario- murmuró María
-¡La del Sagrario!- repitió el joven con acento de terror- ¿La del Sagrario de la catedral!...
Y en sus facciones se retrató un instante el estado de su alma, espantada en una idea...”... "Yo se la arrancaría para ti, aunque me costase la vida o la condenación". (La ajorca de oro).
• La amada es inalcanzable, malvada la mayoría de las veces, que conduce al hombre a la perdición. Es siempre bella, muy bella y ha de tener algo que la haga misteriosa.
“Yo la he de encontrar, la he de encontrar; y si la encuentro estoy casi seguro de que he de conocerla... ¿En qué? eso es lo que no podré decir..., pero he de conocerla. El eco de sus pisadas o una sola palabra suya que vuelva a oír, el extremo de su traje, un solo extremo que vuelva a ver me bastará para conseguirlo..." (El rayo de luna)
• El tiempo tratado en las leyendas es siempre pasado, preferiblemente el de la Edad Media, con batallas, juras, duelos, torneos, gloria, fama...
"El Rey de Castilla marchaba a la guerra de moros, y para combatir con los enemigos de la religión había apellidado en son de guerra... (El Cristo de la Calavera).
• Por último, añadir que Bécquer muchas veces añade comentarios críticos, satíricos o irónicos la final de sus leyendas, como en "El Rayo de Luna":
"Cantigas..., mujeres..., glorias..., felicidad..., mentira todo, fantasmas vanos que formamos en nuestra imaginación y vestimos a nuestro antojo, y los amamos y corremos tras ellos. ¿Para qué? ¿Para qué? Para encontrar un rayo de luna.
Manrique estaba loco; por lo menos todo el mundo lo creía así. A mí, por el contrario se me figura que lo que había hecho era recuperar el juicio..."
La mayoría de los entendidos clasifican las leyendas de Bécquer en tres grupos: las tradicionales, las fantásticas y las exóticas.
Las tradicionales, están influidas por los escritos de Zorrilla, y, aunque con un toque becqueriano, pueden ser consideradas de honor y de honra, como por ejemplo "La promesa", "El Cristo de la calavera".
Las fantásticas son relatos sobrenaturales y simbólicos como "Los ojos verdes", "El monte de las ánimas", "El rayo de luna", "Maese Pérez el organista", etc. Hay que destacar que la mayoría de las leyendas pertenecen a este grupo.
Y, por último, las leyendas exóticas, de influencia hindú o árabe como "El caudillo de las manos rojas" y "La Creación". En estas leyendas no se ven tan bien representadas las "típicas" características de Bécquer, referidas principalmente a los dos primeros grupos de leyendas.
Las características generales de las leyendas son:
• Presencia de un mundo espectral, sobrenatural y misterioso, que muchas veces utiliza para presagiar los episodios, como en "El monte de las ánimas":
"Y cerrando los ojos intentó dormir; pero en vano había hecho 00 el esfuerzo sobre sí misma. Pronto volvió a incorporarse, más pálida, más inquieta, más aterrada. Ya no era una ilusión: las colgaderas de brocado de la puerta se habían rozado al separarse, y unas pisadas lentas y sonaban sobre la alfombra..." "... Separó las cortinas de seda del lecho, y ya se disponía a reírse de sus temores pasados cuando de repente un sudor frío cubrió su cuerpo... Sobre el reclinatorio había visto sangrienta y desgarrada la banda azul que fue a buscar Alfonso."
• Pasa de lo real a lo fantástico, llegando a introducir datos históricos en sus relatos que los hacen más verosímiles, como en "La Promesa", en la que habla de la batalla que realizó Fernando IV, a la que el Papa dio el carácter de Cruzada:
"...Circulaban en todas direcciones multitud de soldados que, hablando dialectos diversos y vestido cada cual al uso de su país, y cada cual armado a su guisa..."
• Presencia de ambientes nocturnos, de ruinas, en los que está casi siempre presente la luna. Bécquer gustaba de monasterios e iglesias.
"Algunas veces llegaba su delirio hasta el punto de quedarse una noche entera mirando la luna, que flotaba en el cielo entre un vapor de plata..."
"...Aún quedaban en pie restos de los anchos torreones de sus muros, aún se veían, como en parte se ven hoy, cubiertos de hiedra y campanillas blancas los macizos arcos de los claustros, las prolongadas galerías ojivales de sus patios de armas en las que suspiraba el viento con un gemido..." (El rayo de luna).
• Presencia de un enamorado, ya valiente, ya frágil que desafía a todo por los deseos de su amada, y acaba siendo condenado. Otras veces, aunque aspirando a un amor natural, acaba siendo destruido por una amada sobrenatural o espectral.
"¿La ves? –parecía decirme mostrándome la joya- Pues no es tuya, no lo será nunca..., nunca..."
"¿Qué virgen tiene esa prisa?
-La del Sagrario- murmuró María
-¡La del Sagrario!- repitió el joven con acento de terror- ¿La del Sagrario de la catedral!...
Y en sus facciones se retrató un instante el estado de su alma, espantada en una idea...”... "Yo se la arrancaría para ti, aunque me costase la vida o la condenación". (La ajorca de oro).
• La amada es inalcanzable, malvada la mayoría de las veces, que conduce al hombre a la perdición. Es siempre bella, muy bella y ha de tener algo que la haga misteriosa.
“Yo la he de encontrar, la he de encontrar; y si la encuentro estoy casi seguro de que he de conocerla... ¿En qué? eso es lo que no podré decir..., pero he de conocerla. El eco de sus pisadas o una sola palabra suya que vuelva a oír, el extremo de su traje, un solo extremo que vuelva a ver me bastará para conseguirlo..." (El rayo de luna)
• El tiempo tratado en las leyendas es siempre pasado, preferiblemente el de la Edad Media, con batallas, juras, duelos, torneos, gloria, fama...
"El Rey de Castilla marchaba a la guerra de moros, y para combatir con los enemigos de la religión había apellidado en son de guerra... (El Cristo de la Calavera).
• Por último, añadir que Bécquer muchas veces añade comentarios críticos, satíricos o irónicos la final de sus leyendas, como en "El Rayo de Luna":
"Cantigas..., mujeres..., glorias..., felicidad..., mentira todo, fantasmas vanos que formamos en nuestra imaginación y vestimos a nuestro antojo, y los amamos y corremos tras ellos. ¿Para qué? ¿Para qué? Para encontrar un rayo de luna.
Manrique estaba loco; por lo menos todo el mundo lo creía así. A mí, por el contrario se me figura que lo que había hecho era recuperar el juicio..."
sábado, 24 de marzo de 2012
PRODUCCIONES DE LOS ALUMNOS
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viernes, 23 de marzo de 2012
El almohadón de plumas, de Horacio Quiroga
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/quiroga/almohado.htm
El almohadón de plumas
[Cuento. Texto completo]
Horacio Quiroga
Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Ella lo quería mucho, sin embargo, a veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer.
Durante tres meses -se habían casado en abril- vivieron una dicha especial.
Sin duda hubiera ella deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía siempre.
La casa en que vivían influía un poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso -frisos, columnas y estatuas de mármol- producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia.
En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. No obstante, había concluido por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil, sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido.
No es raro que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza que se arrastró insidiosamente días y días; Alicia no se reponía nunca. Al fin una tarde pudo salir al jardín apoyada en el brazo de él. Miraba indiferente a uno y otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó la mano por la cabeza, y Alicia rompió en seguida en sollozos, echándole los brazos al cuello. Lloró largamente todo su espanto callado, redoblando el llanto a la menor tentativa de caricia. Luego los sollozos fueron retardándose, y aún quedó largo rato escondida en su cuello, sin moverse ni decir una palabra.
Fue ese el último día que Alicia estuvo levantada. Al día siguiente amaneció desvanecida. El médico de Jordán la examinó con suma atención, ordenándole calma y descanso absolutos.
-No sé -le dijo a Jordán en la puerta de calle, con la voz todavía baja-. Tiene una gran debilidad que no me explico, y sin vómitos, nada... Si mañana se despierta como hoy, llámeme enseguida.
Al otro día Alicia seguía peor. Hubo consulta. Constatóse una anemia de marcha agudísima, completamente inexplicable. Alicia no tuvo más desmayos, pero se iba visiblemente a la muerte. Todo el día el dormitorio estaba con las luces prendidas y en pleno silencio. Pasábanse horas sin oír el menor ruido. Alicia dormitaba. Jordán vivía casi en la sala, también con toda la luz encendida. Paseábase sin cesar de un extremo a otro, con incansable obstinación. La alfombra ahogaba sus pasos. A ratos entraba en el dormitorio y proseguía su mudo vaivén a lo largo de la cama, mirando a su mujer cada vez que caminaba en su dirección.
Pronto Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio, y que descendieron luego a ras del suelo. La joven, con los ojos desmesuradamente abiertos, no hacía sino mirar la alfombra a uno y otro lado del respaldo de la cama. Una noche se quedó de repente mirando fijamente. Al rato abrió la boca para gritar, y sus narices y labios se perlaron de sudor.
-¡Jordán! ¡Jordán! -clamó, rígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra.
Jordán corrió al dormitorio, y al verlo aparecer Alicia dio un alarido de horror.
-¡Soy yo, Alicia, soy yo!
Alicia lo miró con extravió, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de largo rato de estupefacta confrontación, se serenó. Sonrió y tomó entre las suyas la mano de su marido, acariciándola temblando.
Entre sus alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide, apoyado en la alfombra sobre los dedos, que tenía fijos en ella los ojos.
Los médicos volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos una vida que se acababa, desangrándose día a día, hora a hora, sin saber absolutamente cómo. En la última consulta Alicia yacía en estupor mientras ellos la pulsaban, pasándose de uno a otro la muñeca inerte. La observaron largo rato en silencio y siguieron al comedor.
-Pst... -se encogió de hombros desalentado su médico-. Es un caso serio... poco hay que hacer...
-¡Sólo eso me faltaba! -resopló Jordán. Y tamborileó bruscamente sobre la mesa.
Alicia fue extinguiéndose en su delirio de anemia, agravado de tarde, pero que remitía siempre en las primeras horas. Durante el día no avanzaba su enfermedad, pero cada mañana amanecía lívida, en síncope casi. Parecía que únicamente de noche se le fuera la vida en nuevas alas de sangre. Tenía siempre al despertar la sensación de estar desplomada en la cama con un millón de kilos encima. Desde el tercer día este hundimiento no la abandonó más. Apenas podía mover la cabeza. No quiso que le tocaran la cama, ni aún que le arreglaran el almohadón. Sus terrores crepusculares avanzaron en forma de monstruos que se arrastraban hasta la cama y trepaban dificultosamente por la colcha.
Perdió luego el conocimiento. Los dos días finales deliró sin cesar a media voz. Las luces continuaban fúnebremente encendidas en el dormitorio y la sala. En el silencio agónico de la casa, no se oía más que el delirio monótono que salía de la cama, y el rumor ahogado de los eternos pasos de Jordán.
Alicia murió, por fin. La sirvienta, que entró después a deshacer la cama, sola ya, miró un rato extrañada el almohadón.
-¡Señor! -llamó a Jordán en voz baja-. En el almohadón hay manchas que parecen de sangre.
Jordán se acercó rápidamente Y se dobló a su vez. Efectivamente, sobre la funda, a ambos lados del hueco que había dejado la cabeza de Alicia, se veían manchitas oscuras.
-Parecen picaduras -murmuró la sirvienta después de un rato de inmóvil observación.
-Levántelo a la luz -le dijo Jordán.
La sirvienta lo levantó, pero enseguida lo dejó caer, y se quedó mirando a aquél, lívida y temblando. Sin saber por qué, Jordán sintió que los cabellos se le erizaban.
-¿Qué hay? -murmuró con la voz ronca.
-Pesa mucho -articuló la sirvienta, sin dejar de temblar.
Jordán lo levantó; pesaba extraordinariamente. Salieron con él, y sobre la mesa del comedor Jordán cortó funda y envoltura de un tajo. Las plumas superiores volaron, y la sirvienta dio un grito de horror con toda la boca abierta, llevándose las manos crispadas a los bandós. Sobre el fondo, entre las plumas, moviendo lentamente las patas velludas, había un animal monstruoso, una bola viviente y viscosa. Estaba tan hinchado que apenas se le pronunciaba la boca.
Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su boca -su trompa, mejor dicho- a las sienes de aquélla, chupándole la sangre. La picadura era casi imperceptible. La remoción diaria del almohadón había impedido sin duda su desarrollo, pero desde que la joven no pudo moverse, la succión fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había vaciado a Alicia.
Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir en ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de pluma.
El almohadón de plumas
[Cuento. Texto completo]
Horacio Quiroga
Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Ella lo quería mucho, sin embargo, a veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer.
Durante tres meses -se habían casado en abril- vivieron una dicha especial.
Sin duda hubiera ella deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía siempre.
La casa en que vivían influía un poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso -frisos, columnas y estatuas de mármol- producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia.
En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. No obstante, había concluido por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil, sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido.
No es raro que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza que se arrastró insidiosamente días y días; Alicia no se reponía nunca. Al fin una tarde pudo salir al jardín apoyada en el brazo de él. Miraba indiferente a uno y otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó la mano por la cabeza, y Alicia rompió en seguida en sollozos, echándole los brazos al cuello. Lloró largamente todo su espanto callado, redoblando el llanto a la menor tentativa de caricia. Luego los sollozos fueron retardándose, y aún quedó largo rato escondida en su cuello, sin moverse ni decir una palabra.
Fue ese el último día que Alicia estuvo levantada. Al día siguiente amaneció desvanecida. El médico de Jordán la examinó con suma atención, ordenándole calma y descanso absolutos.
-No sé -le dijo a Jordán en la puerta de calle, con la voz todavía baja-. Tiene una gran debilidad que no me explico, y sin vómitos, nada... Si mañana se despierta como hoy, llámeme enseguida.
Al otro día Alicia seguía peor. Hubo consulta. Constatóse una anemia de marcha agudísima, completamente inexplicable. Alicia no tuvo más desmayos, pero se iba visiblemente a la muerte. Todo el día el dormitorio estaba con las luces prendidas y en pleno silencio. Pasábanse horas sin oír el menor ruido. Alicia dormitaba. Jordán vivía casi en la sala, también con toda la luz encendida. Paseábase sin cesar de un extremo a otro, con incansable obstinación. La alfombra ahogaba sus pasos. A ratos entraba en el dormitorio y proseguía su mudo vaivén a lo largo de la cama, mirando a su mujer cada vez que caminaba en su dirección.
Pronto Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio, y que descendieron luego a ras del suelo. La joven, con los ojos desmesuradamente abiertos, no hacía sino mirar la alfombra a uno y otro lado del respaldo de la cama. Una noche se quedó de repente mirando fijamente. Al rato abrió la boca para gritar, y sus narices y labios se perlaron de sudor.
-¡Jordán! ¡Jordán! -clamó, rígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra.
Jordán corrió al dormitorio, y al verlo aparecer Alicia dio un alarido de horror.
-¡Soy yo, Alicia, soy yo!
Alicia lo miró con extravió, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de largo rato de estupefacta confrontación, se serenó. Sonrió y tomó entre las suyas la mano de su marido, acariciándola temblando.
Entre sus alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide, apoyado en la alfombra sobre los dedos, que tenía fijos en ella los ojos.
Los médicos volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos una vida que se acababa, desangrándose día a día, hora a hora, sin saber absolutamente cómo. En la última consulta Alicia yacía en estupor mientras ellos la pulsaban, pasándose de uno a otro la muñeca inerte. La observaron largo rato en silencio y siguieron al comedor.
-Pst... -se encogió de hombros desalentado su médico-. Es un caso serio... poco hay que hacer...
-¡Sólo eso me faltaba! -resopló Jordán. Y tamborileó bruscamente sobre la mesa.
Alicia fue extinguiéndose en su delirio de anemia, agravado de tarde, pero que remitía siempre en las primeras horas. Durante el día no avanzaba su enfermedad, pero cada mañana amanecía lívida, en síncope casi. Parecía que únicamente de noche se le fuera la vida en nuevas alas de sangre. Tenía siempre al despertar la sensación de estar desplomada en la cama con un millón de kilos encima. Desde el tercer día este hundimiento no la abandonó más. Apenas podía mover la cabeza. No quiso que le tocaran la cama, ni aún que le arreglaran el almohadón. Sus terrores crepusculares avanzaron en forma de monstruos que se arrastraban hasta la cama y trepaban dificultosamente por la colcha.
Perdió luego el conocimiento. Los dos días finales deliró sin cesar a media voz. Las luces continuaban fúnebremente encendidas en el dormitorio y la sala. En el silencio agónico de la casa, no se oía más que el delirio monótono que salía de la cama, y el rumor ahogado de los eternos pasos de Jordán.
Alicia murió, por fin. La sirvienta, que entró después a deshacer la cama, sola ya, miró un rato extrañada el almohadón.
-¡Señor! -llamó a Jordán en voz baja-. En el almohadón hay manchas que parecen de sangre.
Jordán se acercó rápidamente Y se dobló a su vez. Efectivamente, sobre la funda, a ambos lados del hueco que había dejado la cabeza de Alicia, se veían manchitas oscuras.
-Parecen picaduras -murmuró la sirvienta después de un rato de inmóvil observación.
-Levántelo a la luz -le dijo Jordán.
La sirvienta lo levantó, pero enseguida lo dejó caer, y se quedó mirando a aquél, lívida y temblando. Sin saber por qué, Jordán sintió que los cabellos se le erizaban.
-¿Qué hay? -murmuró con la voz ronca.
-Pesa mucho -articuló la sirvienta, sin dejar de temblar.
Jordán lo levantó; pesaba extraordinariamente. Salieron con él, y sobre la mesa del comedor Jordán cortó funda y envoltura de un tajo. Las plumas superiores volaron, y la sirvienta dio un grito de horror con toda la boca abierta, llevándose las manos crispadas a los bandós. Sobre el fondo, entre las plumas, moviendo lentamente las patas velludas, había un animal monstruoso, una bola viviente y viscosa. Estaba tan hinchado que apenas se le pronunciaba la boca.
Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su boca -su trompa, mejor dicho- a las sienes de aquélla, chupándole la sangre. La picadura era casi imperceptible. La remoción diaria del almohadón había impedido sin duda su desarrollo, pero desde que la joven no pudo moverse, la succión fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había vaciado a Alicia.
Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir en ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de pluma.
miércoles, 21 de marzo de 2012
Más sobre LOS OJOS DEL PERRO SIBERIANO
No te pierdas aquí esta escena de Blade Runner, la misma en la que aparece la frase
que cita Ezequiel en una breve conversación con su hermano:
"He visto cosas que ustedes no creerían. Naves de ataque ardiendo sobre el hombro de Orión. (...)
Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir."
http://www.youtube.com/watch?v=EPrMow4ak-k
¿Querés saber algo más sobre esta película de 1982?
http://es.wikipedia.org/wiki/Blade_Runner
Ezequiel cita una frase de Arthur Rimbaud, uno de los llamados POETAS MALDITOS, que dice:
"Hay, en fin, cuando uno tiene hambre y sed, alguien que os expulsa."
Leé aquí ese poema, titulado Infancia, de Arthur Rimbaud
En el bosque hay un pájaro, su canto os detiene y ruboriza.
Hay un reloj que no suena.
Hay una hondonada con un nido de bestias blancas.
Hay una catedral que desciende y un lago que sube.
Hay un pequeño carruaje abandonado en la espesura que baja corriendo por el sendero, lleno de cintas.
Hay una banda de cómicos en trajes de teatro, percibidos en el camino a través de los confines del bosque.
Hay, en fin, cuando uno tiene hambre y sed, alguien que os expulsa.
(…)
Soy el santo, en oración en la terraza, cuando las bestias llegan hasta el mar de Palestina.
Soy el sabio en el sillón sombrío. Las ramas y la lluvia golpean la ventana de la biblioteca.
Soy el caminante de la ancha carretera entre los bosques enanos; el rumor de las esclusas cubre mis pasos. Por largo tiempo veo la melancólica lejía del poniente.
Sería gustoso el niño abandonado en el muelle que partió hacia la alta mar, el pajecillo que sigue la alameda cuya frente toca el cielo.
Los senderos son ásperos. Los montículos se cubren de retamas. El aire está inmóvil. ¡Que lejos los pájaros y las fuentes! Tiene que ser el fin del mundo, si avanzamos.
La Suite nº 1 en sol mayor de Bach, que tocaba Ezequiel en chelo:
http://www.youtube.com/watch?v=S6yuR8efotI&feature=player_embedded
que cita Ezequiel en una breve conversación con su hermano:
"He visto cosas que ustedes no creerían. Naves de ataque ardiendo sobre el hombro de Orión. (...)
Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir."
http://www.youtube.com/watch?v=EPrMow4ak-k
¿Querés saber algo más sobre esta película de 1982?
http://es.wikipedia.org/wiki/Blade_Runner
Ezequiel cita una frase de Arthur Rimbaud, uno de los llamados POETAS MALDITOS, que dice:
"Hay, en fin, cuando uno tiene hambre y sed, alguien que os expulsa."
Leé aquí ese poema, titulado Infancia, de Arthur Rimbaud
En el bosque hay un pájaro, su canto os detiene y ruboriza.
Hay un reloj que no suena.
Hay una hondonada con un nido de bestias blancas.
Hay una catedral que desciende y un lago que sube.
Hay un pequeño carruaje abandonado en la espesura que baja corriendo por el sendero, lleno de cintas.
Hay una banda de cómicos en trajes de teatro, percibidos en el camino a través de los confines del bosque.
Hay, en fin, cuando uno tiene hambre y sed, alguien que os expulsa.
(…)
Soy el santo, en oración en la terraza, cuando las bestias llegan hasta el mar de Palestina.
Soy el sabio en el sillón sombrío. Las ramas y la lluvia golpean la ventana de la biblioteca.
Soy el caminante de la ancha carretera entre los bosques enanos; el rumor de las esclusas cubre mis pasos. Por largo tiempo veo la melancólica lejía del poniente.
Sería gustoso el niño abandonado en el muelle que partió hacia la alta mar, el pajecillo que sigue la alameda cuya frente toca el cielo.
Los senderos son ásperos. Los montículos se cubren de retamas. El aire está inmóvil. ¡Que lejos los pájaros y las fuentes! Tiene que ser el fin del mundo, si avanzamos.
La Suite nº 1 en sol mayor de Bach, que tocaba Ezequiel en chelo:
http://www.youtube.com/watch?v=S6yuR8efotI&feature=player_embedded
LOS OJOS DEL PERRO SIBERIANO
Aquí podrás escuchar La canción del jardinero, de María Elena Walsh,
que Ezequiel le cantaba a su hermano cuando era chiquito.
http://www.youtube.com/watch?v=5tLiIocTc00
¿Por qué pensás que le cantaba esa canción?...
¿Sabías que también Iván Noble, líder de Los Caballeros de la Quema,
incluyó esa canción en un disco suyo?...
"Aprendí que una nuez
es arrugada y viejita
pero que puede ofrecer
mucha, mucha, mucha miel."
que Ezequiel le cantaba a su hermano cuando era chiquito.
http://www.youtube.com/watch?v=5tLiIocTc00
¿Por qué pensás que le cantaba esa canción?...
¿Sabías que también Iván Noble, líder de Los Caballeros de la Quema,
incluyó esa canción en un disco suyo?...
"Aprendí que una nuez
es arrugada y viejita
pero que puede ofrecer
mucha, mucha, mucha miel."
SECRETÍSIMA VIRTUAL
Secretísima virtual, de María Brandan Aráoz - (Estrada, Buenos Aires, 2010, 112 páginas)
por Germán Cáceres
Estos “Veinte mensajes y una carta desesperada”, subtítulo del libro en alusión al poemario de Pablo Neruda, es una moderna y original novela epistolar para jóvenes escrita a través de mails.
La prosa es suelta, concisa y fluida, y muy convincente la relación virtual que se inicia entre dos adolescentes, que no revelan sus nombres sino que se ocultan tras los seudónimos de Secretísima Virtual y XW.
Correo electrónico mediante, los protagonistas realizan comentarios sobre las dificultades que afrontan en materias como Matemática, Biología, Química y Física —algo bastante habitual— y también sobre los libros que les solicitan en Literatura, y desfilan así, para el enriquecimiento del lector, nombres como el del poeta citado, además de los de Kafka, Lugones y Unamuno. Además, no dejan de contarse anécdotas humorísticas y hacerse confesiones acerca de las circunstancias de sus ex noviazgos.
Ambos cibernautas se proponen sólo mantener una amistad (“Me gusta que seas mi amigo virtualmente secreto, como lo soy yo de vos”, proclama ella), pero inician un tenso y oscilante romance con final incierto debido a los múltiples rodeos, dubitaciones y malentendidos que se originan. Pero la prestigiosa escritora María Brandán Aráoz encuentra una resolución inesperada y sumamente creativa.
La correspondencia por pantalla contiene también sesudas y emotivas reflexiones (“yo quiero a mi país, y, por más endeudado que esté o haya pobreza” / “Los amores posibles con el tiempo suelen volverse aburridos y cansadores”). Y muy inteligentemente la autora plantea el conflicto generacional que sostienen los jóvenes con sus padres respecto a la elección de la carrera universitaria.
Para completar la calidad del libro están las ilustraciones de Manuel Purdía, que trabaja con oficio el gris y registra las escenas desde logrados ángulos.
por Germán Cáceres
Estos “Veinte mensajes y una carta desesperada”, subtítulo del libro en alusión al poemario de Pablo Neruda, es una moderna y original novela epistolar para jóvenes escrita a través de mails.
La prosa es suelta, concisa y fluida, y muy convincente la relación virtual que se inicia entre dos adolescentes, que no revelan sus nombres sino que se ocultan tras los seudónimos de Secretísima Virtual y XW.
Correo electrónico mediante, los protagonistas realizan comentarios sobre las dificultades que afrontan en materias como Matemática, Biología, Química y Física —algo bastante habitual— y también sobre los libros que les solicitan en Literatura, y desfilan así, para el enriquecimiento del lector, nombres como el del poeta citado, además de los de Kafka, Lugones y Unamuno. Además, no dejan de contarse anécdotas humorísticas y hacerse confesiones acerca de las circunstancias de sus ex noviazgos.
Ambos cibernautas se proponen sólo mantener una amistad (“Me gusta que seas mi amigo virtualmente secreto, como lo soy yo de vos”, proclama ella), pero inician un tenso y oscilante romance con final incierto debido a los múltiples rodeos, dubitaciones y malentendidos que se originan. Pero la prestigiosa escritora María Brandán Aráoz encuentra una resolución inesperada y sumamente creativa.
La correspondencia por pantalla contiene también sesudas y emotivas reflexiones (“yo quiero a mi país, y, por más endeudado que esté o haya pobreza” / “Los amores posibles con el tiempo suelen volverse aburridos y cansadores”). Y muy inteligentemente la autora plantea el conflicto generacional que sostienen los jóvenes con sus padres respecto a la elección de la carrera universitaria.
Para completar la calidad del libro están las ilustraciones de Manuel Purdía, que trabaja con oficio el gris y registra las escenas desde logrados ángulos.
Videos de Lazarillo de Tormes
http://www.youtube.com/watch?v=UE-byKDF6iY&feature=related
Éste es el primer link de una serie de 8. Obsérvenlos y comparen similitudes y diferencias con la obra literaria.
Éste es el primer link de una serie de 8. Obsérvenlos y comparen similitudes y diferencias con la obra literaria.
Dos niños comiendo melón y uvas
http://arte.observatorio.info/2008/09/dos-ninos-comiendo-melon-y-uvas-murillo-1650-1655
Niño de la calle
Poema a los Chicos de la calle
Niño de la calle
Niño de la calle ojitos de hambre,
de calzado ausente pulmones de hollín,
camisa de cuero cinto de piolín,
sin días, sin noches deambulante eterno,
Niño de la calle de carita sucia
pelos enredados de manos abiertas,
por una moneda y tachos revueltos,
en su techo estrellas y hogar de silencios,
Niño de la calle pequeño por fuera
y hombre por dentro, como desayuno,
un pucho encendido calienta su aliento
o apretada bolsa que aspira muriendo,
Niño de la calle tan discriminado,
que pena que siento, gorrión desplumado,
lagrimales secos y futuro incierto,
de piel erizada y sueño… sin sueños,
Niño de la calle nacido del viento,
ropita de carne, padres golpeadores,
faltos de trabajo de pobreza enfermos,
presos por robar o quizás han muerto,
Niño de la calle… evitan mirarlo,
solo indiferencia recibe de aliento,
lo observan por fuera sin verlo por dentro,
no ven su dolor que sigue creciendo,
Niño de la calle cada vez más solo
lo engulle el cemento, mortaja viviente
que sigue creciendo y se multiplica,
¡aún está con vida! y late su cuerpo,
Niño de la calle quisiera ayudarte
pero en mi delirio no sé cómo hacerlo,
es como una daga clavada en mí pecho,
te veo tan solo tan triste y enfermo,
Niño de la calle… que pena que siento,
saberte abusado por unas monedas,
pidiendo limosna para un alimento,
Te han abandonado, ¡qué triste me siento!-
Autor: Norberto Ángel de Líbano Elorrieta
Niño de la calle
Niño de la calle ojitos de hambre,
de calzado ausente pulmones de hollín,
camisa de cuero cinto de piolín,
sin días, sin noches deambulante eterno,
Niño de la calle de carita sucia
pelos enredados de manos abiertas,
por una moneda y tachos revueltos,
en su techo estrellas y hogar de silencios,
Niño de la calle pequeño por fuera
y hombre por dentro, como desayuno,
un pucho encendido calienta su aliento
o apretada bolsa que aspira muriendo,
Niño de la calle tan discriminado,
que pena que siento, gorrión desplumado,
lagrimales secos y futuro incierto,
de piel erizada y sueño… sin sueños,
Niño de la calle nacido del viento,
ropita de carne, padres golpeadores,
faltos de trabajo de pobreza enfermos,
presos por robar o quizás han muerto,
Niño de la calle… evitan mirarlo,
solo indiferencia recibe de aliento,
lo observan por fuera sin verlo por dentro,
no ven su dolor que sigue creciendo,
Niño de la calle cada vez más solo
lo engulle el cemento, mortaja viviente
que sigue creciendo y se multiplica,
¡aún está con vida! y late su cuerpo,
Niño de la calle quisiera ayudarte
pero en mi delirio no sé cómo hacerlo,
es como una daga clavada en mí pecho,
te veo tan solo tan triste y enfermo,
Niño de la calle… que pena que siento,
saberte abusado por unas monedas,
pidiendo limosna para un alimento,
Te han abandonado, ¡qué triste me siento!-
Autor: Norberto Ángel de Líbano Elorrieta
Letra de canción y links
Niños de la Calle
Niños de la calle que saben que el pan no cae de los árboles
peleando por sobrevivir
niños de la calle que nunca encuentran los caminos fáciles
en un mundo demasiado gris
Mírales
pintados de color pastel
comiendo fuego en medio de las calles al pasar, descalzos por el boulevard regalan siempre una sonrisa de ángel
con el cielo por techo
ven pasar los días
dentro del mismo sueño
que tú y yo
Niños de la calle que saben que el pan no cae de los árboles
peleando por sobrevivir
niños de la calle que
nunca encuentran los caminos fáciles
en un mundo demasiado gris
Por amor
si nos ponemos en acción
podemos darle al mundo un nuevo aire
la ilusión, es algo que hay que alimentar
nos necesitan, tienes que ayudarme
vendrán mejores tiempos
está escrito en el viento
lograrlo es nuestro reto
créeme
http://www.youtube.com/watch?v=zERY0E_Tj5g
http://www.youtube.com/watch?v=sf_UBrUl8tk
Niños de la calle que saben que el pan no cae de los árboles
peleando por sobrevivir
niños de la calle que nunca encuentran los caminos fáciles
en un mundo demasiado gris
Mírales
pintados de color pastel
comiendo fuego en medio de las calles al pasar, descalzos por el boulevard regalan siempre una sonrisa de ángel
con el cielo por techo
ven pasar los días
dentro del mismo sueño
que tú y yo
Niños de la calle que saben que el pan no cae de los árboles
peleando por sobrevivir
niños de la calle que
nunca encuentran los caminos fáciles
en un mundo demasiado gris
Por amor
si nos ponemos en acción
podemos darle al mundo un nuevo aire
la ilusión, es algo que hay que alimentar
nos necesitan, tienes que ayudarme
vendrán mejores tiempos
está escrito en el viento
lograrlo es nuestro reto
créeme
http://www.youtube.com/watch?v=zERY0E_Tj5g
http://www.youtube.com/watch?v=sf_UBrUl8tk
Letra de canción Hay un niño en la calle
HAY UN NIÑO EN LA CALLE (CALLE 13)
A esta hora exactamente,
Hay un niño en la calle….
¡Hay un niño en la calle!
Es honra de los hombres proteger lo que crece,
Cuidar que no haya infancia dispersa por las calles,
Evitar que naufrague su corazón de barco,
Su increíble aventura de pan y chocolate
Poniéndole una estrella en el sitio del hambre.
De otro modo es inútil, de otro modo es absurdo
Ensayar en la tierra la alegría y el canto,
Porque de nada vale si hay un niño en la calle.
Todo lo tóxico de mi país a mí me entra por la nariz
Lavo autos, limpio zapatos, huelo pega y también huelo paco
Robo billeteras pero soy buena gente, soy una sonrisa sin dientes
Lluvia sin techo, uña con tierra, soy lo que sobró de la guerra
Un estómago vacío, soy un golpe en la rodilla que se cura con el frío
El mejor guía turístico del arrabal por tres pesos te paseo por la capital
No necesito visa pa volar por el redondel porque yo juego con aviones de papel
Arroz con piedra, fango con vino, y lo que me falta me lo imagino.
No debe andar el mundo con el amor descalzo
Enarbolando un diario como un ala en la mano
Trepándose a los trenes, canjeándonos la risa,
Golpeándonos el pecho con un ala cansada.
No debe andar la vida, recién nacida, a precio
La niñez arriesgada a una estrecha ganancia
Porque entonces las manos son inútiles fardos
Y el corazón, apenas, una mala palabra.
Cuando cae la noche duermo despierto, un ojo cerrado y el otro abierto
Por si los tigres me escupen un balazo mi vida es como un circo pero sin payaso
Voy caminando por la zanja haciendo malabares con 5 naranjas
Pidiendo plata a todos los que pueda en una bicicleta en una sola rueda
Soy oxígeno para este continente, soy lo que descuidó el presidente
No te asustes si tengo mal aliento, si me ves sin camisa con las tetillas al viento
Yo soy un elemento más del paisaje los residuos de la calle son mi camuflaje
Como algo que existe que parece de mentira, algo sin vida pero que respira
Pobre del que ha olvidado que hay un niño en la calle,
Que hay millones de niños que viven en la calle
Y multitud de niños que crecen en la calle.
Yo los veo apretando su corazón pequeño,
Mirándonos a todas con fábula en los ojos.
Un relámpago trunco les cruza la mirada,
Porque nadie protege esa vida que crece
Y el amor se ha perdido, como un niño en la calle.
Oye a esta hora exactamente hay un niño en la calle
Hay un niño en la calle.
A esta hora exactamente,
Hay un niño en la calle….
¡Hay un niño en la calle!
Es honra de los hombres proteger lo que crece,
Cuidar que no haya infancia dispersa por las calles,
Evitar que naufrague su corazón de barco,
Su increíble aventura de pan y chocolate
Poniéndole una estrella en el sitio del hambre.
De otro modo es inútil, de otro modo es absurdo
Ensayar en la tierra la alegría y el canto,
Porque de nada vale si hay un niño en la calle.
Todo lo tóxico de mi país a mí me entra por la nariz
Lavo autos, limpio zapatos, huelo pega y también huelo paco
Robo billeteras pero soy buena gente, soy una sonrisa sin dientes
Lluvia sin techo, uña con tierra, soy lo que sobró de la guerra
Un estómago vacío, soy un golpe en la rodilla que se cura con el frío
El mejor guía turístico del arrabal por tres pesos te paseo por la capital
No necesito visa pa volar por el redondel porque yo juego con aviones de papel
Arroz con piedra, fango con vino, y lo que me falta me lo imagino.
No debe andar el mundo con el amor descalzo
Enarbolando un diario como un ala en la mano
Trepándose a los trenes, canjeándonos la risa,
Golpeándonos el pecho con un ala cansada.
No debe andar la vida, recién nacida, a precio
La niñez arriesgada a una estrecha ganancia
Porque entonces las manos son inútiles fardos
Y el corazón, apenas, una mala palabra.
Cuando cae la noche duermo despierto, un ojo cerrado y el otro abierto
Por si los tigres me escupen un balazo mi vida es como un circo pero sin payaso
Voy caminando por la zanja haciendo malabares con 5 naranjas
Pidiendo plata a todos los que pueda en una bicicleta en una sola rueda
Soy oxígeno para este continente, soy lo que descuidó el presidente
No te asustes si tengo mal aliento, si me ves sin camisa con las tetillas al viento
Yo soy un elemento más del paisaje los residuos de la calle son mi camuflaje
Como algo que existe que parece de mentira, algo sin vida pero que respira
Pobre del que ha olvidado que hay un niño en la calle,
Que hay millones de niños que viven en la calle
Y multitud de niños que crecen en la calle.
Yo los veo apretando su corazón pequeño,
Mirándonos a todas con fábula en los ojos.
Un relámpago trunco les cruza la mirada,
Porque nadie protege esa vida que crece
Y el amor se ha perdido, como un niño en la calle.
Oye a esta hora exactamente hay un niño en la calle
Hay un niño en la calle.
viernes, 16 de marzo de 2012
miércoles, 14 de marzo de 2012
FRASES
- Soy el maestro de mi destino. Yo soy el capitán de mi alma.
- Soy único/a e irrepetible en el universo, diferente a todos los demás, y por lo tanto debo ser yo mismo/a.
- Cada obstáculo es una manera de ajustar el rumbo para que la travesía sea un éxito.
- Lo importante no es lo que sucede, sino la actitud que adoptamos ante ello, la manera en que respondemos a lo que sucede en nuestra vida. Si piensas que puedes tienes razón. Si piensas que no puedes tienes razón.
- Un problema simplemente es un estímulo para que crezcas.
- Aquello en lo que piensas es lo que finalmente obtendrás.
- Es duro fracasar, pero es peor aún nunca haberlo intentado. Rossevelt.
miércoles, 7 de marzo de 2012
UNA REFLEXIÓN PARA TI...
Una reflexión para ti, joven estudiante.
“La oportunidad”
Hoy que inicias un nuevo ciclo escolar te propongo la siguiente reflexión.
1. Ya no eres niñ@ -lo siento-, ese tiempo ya pasó, eres adolescente y puedes hacer más y mejores cosas. Ten conciencia de ello y ten cuidado con lo que haces, pues a tu edad es fácil perderse.
2. Ésta es una nueva etapa en tu destino, es una oportunidad que la vida te dio para que seas mejor. No hay mañana para empezar, es hoy.
3. Considera que en este momento estás exactamente igual que tus demás compañeros de grupo, no eres mejor ni peor, al inicio de cada etapa de la educación nadie se distingue por nada. Tienes un 10 de calificación, consérvalo siempre.
4. ¿Qué tanto quieres progresar en la vida? Disciplina es orden y orden es progreso.
5. La vida te puso aquí por alguna razón, y aquí mismo tienes que demostrar que eres mejor que los demás.
6. No hay materias imposibles de pasar, todas están hechas para la capacidad que hoy tienes.
7. A la escuela viniste a estudiar y a aprender cosas positivas, no lo olvides.
8. Respeta a los demás y exige el respeto de todos.
9. En ocasiones tendrás que ayudar a los demás y otras veces recibirás ayuda. Pero entiende y aplica bien la palabra ayuda, pues es fácil crear vicios de tanto “ayudar” o caer en ellos de tanto recibir “ayuda”.
10. Administra bien el tiempo. Todo se puede hacer, pero tienes que asignar un momento para cada cosa. Dale mayor importancia y tiempo a las cosas que te traerán beneficios. El tiempo es como el dinero: debe invertirse no gastarse, y no debe utilizarse para comprar lo que quieras sino lo que necesites.
11. Si algo debe quedar bien claro en tu cerebro es que no hay imposibles. Puedes ser lo que quieras, grande o pequeño como quieras. Todo empieza en la imaginación, imagina que eres el mejor y lo serás, imagina que puedes y podrás. Pero tienes que acompañar tu pensamiento con la acción, de lo contrario no pasarás de ser un soñador.
Tienes un horizonte lleno de posibilidades, no desaproveches esta nueva oportunidad que la vida te dio.
Y recuerda siempre: hubo quien te lo dijo a tiempo…
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